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Más esencia y menos estética

Vivimos en una sociedad mucho más preocupada por la estética que por la esencia de todo lo que nos rodea. La estética es importante, sí; pero la esencia mucho más. En las organizaciones donde lo tienen claro se comunica mejor tanto de puertas adentro como de puertas afuera. Por lo tanto, el clima laboral es más saludable y la reputación, a ojos de la opinión pública es más sólida.

¿Qué implica comunicar mejor? Unos pueden pensar que es utilizar la última red social y diseñar una campaña que genere un gran impacto. Otros, en cambio, consideran que la buena comunicación empieza por cuidar los sistemas de comunicación interna y saber gestionar las situaciones complejas con transparencia, proactividad y valentía.

Los dos aspectos pueden ser necesarios para una organización pero el segundo es infinitamente más relevante que el primero si perseguimos convertirnos en una organización total. Además, en comunicación el orden de los factores sí altera el producto. Y mucho. Es muy habitual ver a empresas e instituciones obsesionadas con comunicar de cara al exterior en vez de pensar primero en clave interna.

¿Ego o responsabilidad?

Una buena campaña puede tener repercusión en los medios, una fantástica gestión de la comunicación interna no. La estética llena el depósito del ego, la esencia el de la responsabilidad. La estética es ruidosa, la esencia silenciosa. Vivimos en la sociedad del ruido. Lo hemos naturalizado de una forma sorprendente. Y esa es la corriente que nos arrastra ante la incapacidad muchas veces de detenernos, pensar sin prisas y valorar si la inercia y la monotonía están acabando con nosotros.

Sin esencia la estética es un simple maquillaje espurio. En cambio, con una buena esencia la estética puede hacer memorable una estrategia comunicativa sostenida en el tiempo y, sobre todo y por encima de todo, puede generar confianza y credibilidad primero con los colaboradores y, posteriormente, con medios de comunicación y ciudadanía. No hay mejor campaña de publicidad que trabajadores de una institución hablando bien de ella y esto solo sucede cuando se sienten cuidados. Y cuidar es comunicar con precisión y teniendo presente los detalles por pequeños que sean.

Hay una tendencia muy común en las corporaciones de centrar esfuerzos en utilizar la estética para maquillar su carencia de esencia. A corto plazo este maquillaje puede surgir algún efecto, pero a medio o largo plazo todo sale a relucir.

Mirarse el ombligo o en el espejo

Algunas organizaciones están más cómodas mirándose el ombligo que mirándose al espejo. El primer ejercicio sobreestimula no aporta valor ni aprendizaje. El segundo requiere un trabajo más complejo, maduro y autocrítico. Y si se realiza bien, y con ayuda externa de especialistas si es necesario, ayuda a transitar mejor en los cambios que cualquier organización debe hacer en el entorno cambiante en el que nos movemos en los últimos años.

Como explicaba el compañero Marcelo Lasagna en este interesante artículo y donde citaba a Taleb: la fragilidad es el sistema que aborrece la incertidumbre, la volatilidad, el caos, los errores, lo aleatorio, la variablidad e, incluso, el paso inexorable del tiempo. Lo frágil se mira a sí mismo y se “bunkeriza” para protegerse de todo aquello que puede romper el espejo en el que se refleja y, de golpe, sacarle de la dulce comodidad de sus rutinas probadas y reiteradas ciegamente.

Es imprescindible salir de esta zona en la que aun moviéndonos en el error pensamos que estamos en lo correcto. Es uno de los vicios más comunes que perpetúan culturas tóxicas, que deterioran las relaciones y los resultados.

De la opacidad y el silencio a la transparencia y la claridad

Por lo tanto, está muy bien adaptarse y saber sacar partido a todos los recursos técnicos que tenemos a nuestro alcance para comunicar mejor y generar impacto, pero es imprescindible que se acompañe de una esencia coherente que apueste por invertir tiempo en la comunicación interna. Este tiempo no es una pérdida de tiempo, si no una de las mejores inversiones. A su vez, estas mismas organizaciones para ser creíbles en su relato ante situaciones de crisis deben romper con la opacidad y el silencio para ser transparentes y claras.

Las organizaciones cambian en función de los liderazgos que existen. ¿Es posible cambiar? Sí. ¿Es complicado? Sí, bastante o mucho. ¿Qué es necesario para conseguirlo? Una persona líder que tome consciencia del poder de una buena estrategia comunicativa centrada en la esencia para cambiar la cultura interna. El perfil de este tipo de liderazgo es el de una persona humilde, que escucha, que supera todos los miedos, los suyos y los del resto de colaboradores y del “entorno”, que asume riesgos porque tienen un objetivo claro con el que busca transformar las dinámicas automatizadas. Como decía Mandela “la persona valiente no es aquella que no tiene miedo sino aquella que sabe conquistarlo”.

Pasar de priorizar la estética a la esencia es al fin y al cabo un elemento fundamental para fomentar el Valor Total en cualquier organización.


 [MOU1]Un líder

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El nacimiento de una red

“¿Escribir un libro entre 25 consultores? Eso es una quimera”. Algunos nos lo decían abiertamente y otros no nos lo decían, pero lo pensaban, cuando arrancó el proyecto del Total Value Management allá por febrero de 2019. Los consultores somos una raza especial, dicen, y generar cooperación entre nosotros al parecer era prácticamente imposible. 

El Modelo de Valor Total, creado y utilizado por SOLO Consultores durante muchos años, sirvió de nexo de unión y de motor al mismo tiempo para unir fuerzas entre 25 supuestos competidores y traducir dicho modelo a herramientas en la redacción del libro “Total Value Management” (Profit Editorial, 2020). No fue fácil, no fue rápido y no todo discurrió siempre de manera ordenada, un paso tras otro, pero se logró.

Un año después (con una pandemia de por medio) el Total Value Management, eso que unía a los 25, llámese método, llámese filosofía, llámese estilo de intervención, ya era tangible. 

Total Value Management, Profit Editorial, 2020

Tal fue la intensidad de trabajo en la creación del libro que alrededor de las sesiones de trabajo, coordinación y cruce de aprendizajes se fue generando lo que se podría denominar un “espíritu de Red”. 

Además, lo que había nacido de manera más difusa, el confinamiento se encargó de reforzarlo. Y es que la Red también sirvió como válvula de escape durante esos meses tan duros. Vernos las caras a través de la pantalla nos ayudó mucho y generó un bonito pegamento entre nosotros, lo que consolidó la idea de Red cooperativa. 

Incluso se adoptó un nombre, que no podía ser otro que Red de Consultores Totales. Se realizó un logotipo, diseñado por uno de los miembros de la red. Ya se sabe que las cosas que tienen nombre e identidad gráfica existen con mayor presencia e intensidad. Y también la creación de la web consultorestotales.net, la constitución de un órgano de coordinación y la elaboración de una estrategia común. Realmente la cosa iba en serio.A continuación vino la celebración de un evento online, una especie de “puesta de largo” del trabajo realizado y también una celebración presencial que por fin nos permitía vernos y compartir.

Ahora, con todo este trabajo hecho y toda la motivación de un grupo de profesionales comprometidos con un modelo de empresa y una forma de hacer, ha llegado el momento de plantearse el crecimiento de la red. Nuestro propósito y nuestra identidad son muy claros, nuestra estrategia y plan de acción también, de modo que…¿por qué no abrirla a nuevos integrantes?

Y esa es exactamente la fase en la que se encuentra ahora la Red: crecimiento. El Valor Total sigue siendo el núcleo sobre el que gravita todo, de modo que cualquier consultor/a que se sienta atraído/a por el mismo y esté dispuesto a formarse en él es más que bienvenid@ a formar parte de la Red de Consultores Totales. Esa quimera que resultó no serlo tanto.

Si tu eres alguien con el deseo de cambiar el paradigma, de crear valor total, de impulsar organizaciones al crecimiento sostenible más allá del valor económico, si crees en culturas colaborativas, abiertas, donde exista un orgullo de pertenencia y donde se crea y nutre valor relacional con todos los actores, entonces esta red es para ti. ¡Vente, tenemos mucho por hacer!

¿Estás interesad@? Escríbenos a info@consultorestotales.net